Respeto y los Estados del Yo

Si una persona (A) Respeta desde su Adulto, también recibirá de otras personas  respeto.

Esta persona (A) también recibirá  faltas de respeto, que no le harán ningún daño, porque (A) sabe respetarse y poner los limites adecuados, sin imposiciones y sin victimismo.

Cuando sentimos que nos faltan al respeto y no estamos en nuestro estado Adulto podemos vivir dos situaciones:

*Nos duele, nos sentimos más pequeños que quien nos ha ofendido.

*Nos defendemos, nos sentimos más grandes, por encima de quien nos ha   ofendido.

En según qué culturas y familias se confunde “respeto”, con “sumisión y/o imposición”. Eso no es respeto.

El respeto que tomamos en nuestra infancia, nos lo enseña la sociedad, los adultos de nuestra familia…y es imitado por nosotros en nuestra adultez.

Si el respeto se enseña desde la autoridad, la persona enseña desde su estado “Adulto”,  el que aprende adquiere respeto, igualdad y libertad… se aprende a estar en el estado “Adulto”.

Si el respeto se enseña desde el autoritarismo, el que enseña no está en su estado “Adulto”, no se adquiere respeto, lo que se puede adquirir es: miedo, sumisión, rebeldía, defensa, atacar para defenderse…se aprende a estar en los estados del “Yo Padre y en el Yo Niño”.

Si estamos en el estado Adulto, será un respeto natural, de persona a persona, respetamos su ser, su forma de ser, aceptamos todo tal  cual fue, tal cual ha siso y tal cual es.

Si estamos en el estado Adulto, nos sentimos valorados por nosotros mismos nos responsabilizamos y asumimos las consecuencias de lo que  hacemos y decidimos, estamos en el presente, nos respetamos y respetamos a los demás tal cual son. Decidimos tomar acción.

Si estamos en los estados Padre y Niño, tendremos la sensación de estar en un combate, momentos de fracaso, o de victoria en nuestras relaciones, estamos imitando a alguien mayor de nuestra infancia, o a nosotros mismos cuando éramos pequeños, es de forma inconsciente y no nos permite estar en el presente, nos es muy difícil responsabilizarnos y aceptar  las consecuencias de nuestras decisiones en el presente, ya que estas pueden provocar mucho dolor a nosotros mismos y a las personas que nos rodean, nos es más fácil ver que lo que nos pasa es consecuencia de lo que vivimos en el pasado, lo aceptamos y así, nos es muy difícil salir de sentirnos víctimas y acusadores de los perpetradores que nos hicieron victimas.

Los tres estados del “YO”, yo los había conocido anteriormente en algún seminario de Análisis Transaccional, me fascinaron, pero cuando los comprendí más afondo fue con Briguitte de Champetier de Ribes en la formación en las Nuevas Constelaciones Sistémicas  saber que no son solo tres, sino nueve, fue todo un descubrimiento de comprensión y aprendizaje sobre mi misma que me ha llevado a tomar conciencia de mi vida pasada, agradecer lo que he vivido, lo bueno y lo menos bueno, ya que todo ha sido y es necesario para llegar y estar en el presente, para mirar de frente al futuro, sin expectativas.

El pasado es un recuerdo=> consciente e inconsciente que imitamos.

El futuro una ilusión=> fantasía, anhelo.

El presente =>respeto y aceptación de la realidad.

¿En cuál te mueves tú?

Te deseo lo mejor para tu crecimiento.

Gracias, Gracias, Gracias. 

PD: Los estados de Yo se escriben con mayúscula, para distinguirlo de cuando se habla de los padres y del niño/a interior.

*El libro La dieta del P.A.N. muy recomendable para entender los estados del “YO”, de forma amena y eficaz.